Silveti, un torero, a sus 48 años, se ha pegado un tiro en la cabeza. Odio los toros, es un espectáculo espantoso, pero al ver las escenas de Silveti embestido por uno de esos enormes toros, me imaginé al matador, cargando de municiones la pistola; y dicen en las noticias, que antes del medio día, hizo algunas operaciones bancarias, dijo que iba a su rancho a "reflexionar" y horas más tarde lo encontraron con con un tiro en la cabeza. Vaya "Matador", hizo válida su profesión, creo que el que se haya dedicado a pasearse dentro de una plaza con un capote rojo, clavando banderillas a esos animales lo ha hecho con respeto. Lo demostró hoy, pudo aniquilar a un toro, pero también fue capaz de él mismo ponerse un "hasta aquí". Padecía de un trastorno maniaco-depresivo bipolar, no soportó mucho el dejar de torear debido a las "cogidas" y a su estado físico-"mental". Creo tenía 5 hijos, vivía bien, sin problemas económicos, solo, seguro se hartó...
Mis pretextos para adquirir un revolver han sido "Ellas", me ha dado una lección Silveti. No es necesario que "ellas" se vayan y muevan sus culos por el pasillo de mi edificio diciendo adiós con o sin lágrimas en los ojos. A fin de cuentas, muerto por bala, por cirrosis o por neumonía, Aide, Karina, Grissel, seguirán con sus vidas hasta cierto punto, demasiado aburridas para mí. Se poco de toros, nunca he ido a una corrida, pero si todos los matadores son Silvetí, debo reconocer que de ahora en adelante los respetaré y no diré ----ojalá el toro los "mate"----...
No solo fue saber lo de Silvetí (no un desconocido, alguna vez escuche sus dotes oratorias en un programa de entrevista deportiva...), sino, manejando por miramontes vi pasar felizmente a Aide, ella no se dió cuenta, peor yo quise acelerar e irme rápidamente, solo subí el volumen a Oasis y paré en una tienda para beberme una cerveza. Ya en la universidad, encontré a gente que no veía, una de ellas, ahora estudia letras, le gusta Bukowski y Allen Ginsberg, platicamos un poco y quedé en pasarle algunos datos de ciertas revistas. ----No me convencen mucho los beats-----me dijo ella. -----Ja... -----reí, abrí al cajuela del auto, moví un par de cosas y saqué una cerveza montejo, la destapé y me acerqué a ella. -----Yo soy uno de ellos------. -----Ya lo he visto----contestó y sonrió un poco.
Karina estaba en el laboratorio, todos preocupados por la dosis de anfetamina que les tocaba a las ratas iban de un lado para otro. ------No te quiero volver a ver----- le dije a Karina. ----Está bien--- contestó. Ja, me senté, use el teléfono y después, todo "fue mucho más fácil"... incluso creo que de algo ha servido la muerte de alguien totalmente ajeno a mí.
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